viernes, 10 de agosto de 2012

Querido diario:

Y otra vez allí, otro año mas...
Otra vez a perderme en aquel lugar contando los días que me quedan para volver. Me voy a un sitio tan perdido del mundo que por el camino no puedo escuchar ni la radio, no hay ninguna emisora ni tampoco cobertura. Con lo cuál tampoco podré hablar por teléfono... tres horas encerrada en un coche con mi madre... Por lo menos este año tendré a mi Maldita Nerea, no como todos los años escuchando Mark Antony con la excusa de que no hay otro CD. Conforme vamos pasando por esos pueblos, cada vez mas y mas alejados de mi gente, de ti.
Salimos del coche para comprar algo de comer, en Utiel. El aire cargado de calor me hace sentir pesada, exactamente como todos los años. Después de subirme al coche y de comerme mi napolitana de chocolate empiezo a leer Bleach, que bien huelen las paginas al pasarlas, y apoyo los pies en la guantera, y de vez en cuando dejo de leer, para ver el paisaje por el cual paso todos los años, melancoholica. Esto es como el principio de una se esas películas americanas. Pero la magia se desvanece cuando mi madre de repente dice: "¿se puede saber que haces con los pies en la guantera?".
Ya queda poco para llegar...

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